En el corazón de la campiña de Limburgo, seis largos graneros se están transformando silenciosamente. No en algo llamativo o radicalmente nuevo, sino en una base sólida e inteligente para una moderna granja de pavos. En el centro de todo están Coen Beerens y Lars Raemakers, dos granjeros de distintas generaciones que decidieron combinar sus fuerzas y empezar de cero.
Durante años, Coen alquiló los establos situados detrás de su granja de cría de cerdas, Fokbedrijf Beerens (que criaba para Topigs Norsvin). El inquilino criaba pavos allí, y el negocio funcionaba tranquilamente en segundo plano mientras Coen se centraba en su propio trabajo de cría. Pero cuando el inquilino se marchó hace dos años, Coen tuvo que elegir entre dejar los establos vacíos o probar algo nuevo.
Solicitó convertir las instalaciones en criaderos de pollos de engorde, pero los permisos nunca llegaron. En su lugar, Coen recurrió a lo que ya conocía: los pavos.
Esta vez, se encargaría él mismo.
Fue entonces cuando Lars Raemakers entró en escena.
Por aquel entonces, Lars seguía trabajando en Schippers, una empresa muy conocida en el sector de los suministros agrícolas. Pero estaba preparado para algo nuevo. Algo más práctico y con más fundamento. Como Coen y él se conocían desde hacía años, trabajar juntos resultó fácil y natural desde el principio. Enseguida se pusieron de acuerdo. No pasó mucho tiempo antes de que Lars decidiera dejar su trabajo y unirse a Coen, formando equipo para insuflar nueva vida al negocio del pavo.
Sus papeles están claros. Coen aporta años de experiencia en el sector agrícola y apoya las cosas entre bastidores. Lars se encarga de la gestión diaria, la toma de decisiones y la planificación. Para ambos es una inversión seria: tiempo, confianza y energía.
Su primera misión era conseguir que tres de los seis establos estuvieran plenamente operativos en junio, fecha prevista para la llegada del primer grupo de pavos. Durante esa ronda inicial, se renovarán los tres graneros restantes y se pondrán en funcionamiento antes de que la manada esté lista para repartirse por todos los graneros. Es un calendario apretado, pero están preparados.
Con el reloj en marcha, ambos sabían que tenían que actuar con rapidez. Los sistemas de alimentación y bebederos se compraron de segunda mano al anterior inquilino, ya que aún estaban en buen estado. Pero la iluminación era otra historia.
"No quería perder tiempo comparando todas las marcas de iluminación", explica Lars. "Le pregunté a Bart Beerens qué me recomendaba y me decidí por él".
Bart, de Beerens Electro- en Installatietechniek, lleva años instalando iluminación y conoce a la perfección el mundo agrícola. Recomendó la iluminación CORAX XL 5000K de HATO, un sistema robusto y sin parpadeos diseñado para funcionar en entornos agrícolas exigentes.
Los seis establos fueron equipados con CORAX XL, y los resultados fueron inmediatos. Incluso antes de que llegaran las aves, la luz brillante y uniformemente distribuida causó una gran impresión.
La iluminación actual de los establos es de 150 lux, que puede parecer alta, pero para los pavos es perfecta durante los primeros días.
Una vez que las aves se hayan asentado, la iluminación se atenuará gradualmente para favorecer un comportamiento más tranquilo y el equilibrio energético. El sistema permite un control total de la atenuación, lo que da a Lars la flexibilidad que necesita a medida que progresa la manada. La granja sólo criará gallinas, no machos. Esto permite un crecimiento más uniforme y un rebaño más manejable, un factor importante en un sistema diseñado para el ritmo y la eficiencia a largo plazo.
La cría de pavos en los Países Bajos ya no es lo que era. En la actualidad, sólo quedan unas 12 ó 13 granjas de pavos activas en el país y ningún matadero doméstico. Todos los pavos criados en los Países Bajos se transportan a Alemania para su transformación.
"Esun mundo pequeño, pero bien organizado", explica Lars. "La misma empresa trae las aves y se las llevan cuando están listas. Siempre la misma incubadora y el mismo matadero".
Los pavos llegan a la granja cuando tienen cinco semanas y se quedan hasta las dieciséis. Después se limpian los establos y se preparan para el siguiente ciclo. Es un ciclo de producción de once semanas, con una semana de descanso entre medias.
Empiezan esta ronda con gallinas, pero tienen previsto cambiar a machos en el próximo ciclo.
Como la cadena de suministro es tan estrecha, no hay margen para el error. Todo tiene que funcionar a la perfección, desde el cuidado de los animales hasta los equipos.
"No hay margen para retrasos o averías", dice Lars. "Por eso la iluminación tenía que ser la adecuada desde el principio".
Para Lars, esta nueva aventura no consiste en tantear el terreno. Se trata de construir algo que funcione, ahora y durante la próxima década.
"Esta instalación tiene que durar. No quiero tener que rehacerlo dentro de tres años", dice. "Por eso confío en gente como Bart. Y si él confía en HATO, eso es suficiente para mí" .
Es una filosofía arraigada en la experiencia y en saber que la fiabilidad a largo plazo a menudo comienza con decisiones simples y sólidas.
Instalación realizada por: Bart Beerens - Beerens Electro- en Installatietechniek
Fiable. Local. De confianza. Socio de larga data de HATO Iluminación Agrícola.